Dulce Virgen María, pequeña joya del Cielo, escucha con piedad nuestras humildes súplicas. Haz que nuestros corazones se transformen y se llenen de virtud, para que podamos escucharte, y para que no nos separemos más de ti.
Dulce Virgen María, pequeña joya del Cielo, escucha con piedad nuestras humildes súplicas. Haz que nuestros corazones se transformen y se llenen de virtud, para que podamos escucharte, y para que no nos separemos más de ti.